Crónica de una muerte anunciada
Por el Recolector
Por el Recolector

Por su puesto todo tan valioso para mi.
En mis manos tenia algunas revista “fangoria”, unos cd´s viejos, unos 10 audio casettes, un album con stickers del mundial de Barcelona, un furby que no recuerdo como llego a mis pertenecías, los cuales separaba junto a las” pelis” en formato VHS, revistas viejas de “solo moto”, algunas tarjetas que sabritas regalaba, así como tres o cuatro camioncitos que canjeabas al comprar panecillos en “bimbo”.
Al menos de una bolsa estaba dispuesto a desechar, convencido y sin remordimientos la empece a llenar.
-Esto me puede servir, esto costara mucho en un par de años, esto si, esto no, etc.- Al darme cuenta de las docenas de objetos que tiraría, comencé a valorar la importancia de cada uno de ellos, regrese tantos que solo algunos quedaron en la bolsa, que tristemente tire.
Mire como se alejaba el carrito de la basura, la bolsa negra que sobresalía por la par
te de arriba; sin darme cuenta con cada objeto que tiraba, una parte de mis recuerdos se iban también; de golpe me cayo la idea de que pasaría cuando ya no estuviera aquí (espero que no sea pronto), seguro que mi chica, con "gran remordimiento" (ja,ja) empacara mis cosas y las arrojara al camión de la basura, o en el mejor de los casos terminaran en algún tianguis de pulgas, empolvándose; ¿cual será el destino de tan apreciado tesoro?, tal vez mi hija en un acto de inteligencia o de compasión, le interese conservar lo que tantos años me costo. Consiente esto de esto, entre a casa y camine directo a contemplar mi apreciada colección de figuras de starwars lo que hizo que olvidara todo lo anterior. Mi compulsión como algunos le dicen, por conseguir nuevos coleccionables hace que deje de importarme su destino. El obtener el objeto raro, antiguo o de edición especial que me hacia falta, o que complementa mi colección y sobre todo el aumentarla; “como el radio National de 1967, aun funcionando que conseguí por solo 125 pesos, “una ganga” hace que no me importe el paradero de mis tesoros al final de mis días… Me deprimo solo de pensarlo, y para la depresión lo mejor es comprar, por lo tanto, dejo de escribir y voy directo a recoger la figura de aayla secura de starwars que encargue…
Mire como se alejaba el carrito de la basura, la bolsa negra que sobresalía por la par
