Luego entonces y bajo la supervisión de Rosina comencé a escribir, intente y practique; leí ante mis compañeros de taller, hice ejercicios de redacción y por fin; empecé a escribir. Uno de los estilo que me sugirió y que más se me facilito; fue escribir anécdotas personales, mezcladas o combinadas con hechos de algún pasaje de la historia, o exagerando la misma.
Después de varios ensayos (decenas diría yo), escribí el primer ejercicio que finalmente se convirtió en un documento biográfico de mi familia; fue inspirador, pues pasábamos por uno de los momentos de más estabilidad emocional, lo que me facilito escribir. Bajo el ojo critico de Rosina, me di a la tarea de investigar la descendencia de mi familia, cosa que hasta la fecha no consigo, por lo que solo me remonte a tres generaciones atrás, este experimento lo escribí en primera persona y en presente intercalando pasajes del pasado familiar, destacando y siendo uno de mis favoritos la niñez de mis padres, y claro el origen de mis abuelos y tatarabuelos; experimento que se convirtió en un pequeño libro de 32 páginas ilustrado, de edición casera, enfatizando por supuesto la participación en la introducción de Rosina.
Pasaron los años, y después de algunos cuentos, historias y hasta poemas que intente escribir; Termine uno de mis favoritos “despierta Diego” cuento de terror que escribí bajo la influencia del maestro del Terror Fantástico “H.P. Lovecraft”. Recuerdo uno en particular pues el borrador se lo mostré a un compañero redactor de estilo, “Ramón Sánchez”, quien lo corrigió, señalándome algunas observaciones, y dando algunos consejos, Además me propuso no dejar de escribir.
No dejar de escribir, para satisfacción y desarrollo personal; pues es bien sabido que los escritores como tal, son personas con mucho espíritu y fortaleza “no hace cuadros el que quiere pintar, sino el que sabe hacerlo”; sobre todo en un país con un índice de lectura deprimente, lo cual se refleja en la venta de libros, y mas aun en la publicación de nuevos valores.
(Menos Gente lectora) + (bajas ventas)= libros más caros y menos accesibles
Por lo que es fácil encontrar cientos de escritores deambulando por las calles con sus propuestas al hombro; recuerdo que hace algunos años, cuando en mi juventud, adopte como cuartel general las explanadas del centro de Coyoacán, en una ocasión de tantas, se me acerco una chica (muy linda por cierto) y me pidió unas monedas a cambio de un par de escritos, un par de cuentos con tinte erótico, muy buenos (que aun conservo), aproveche la ocasión, además de comprarlos por solo 20 pesos, de platicar un poco con ella, hizo referencia sobre las carencias de los nuevos escritores y que como tal, tienes que ser realmente bueno para sobresalir, por lo que se veía en la necesidad de vender su trabajo en las calles, para ganarse algunos pesos.
-La lectura es la herramienta básica para una buena vida-
Después mucho tiempo y practica, sigo contando mis historias y vivencias (me estas choreando, diría un buen amigo), me di cuenta que los grandes maestros, siempre cuentan las mismas historia, solo cambien la época o las remontan al futuro; solo imaginen contar la historia de la caída de Roma, pero llévenla a un lugar en el espacio y agreguen efectos especiales, armas laser y criaturas raras; o que tal un pasaje de la segunda guerra mundial; El Día “D” para ser preciso, llévenlo al centro de la tierra y obliguen a luchar a los “hombres de lava” contra los “topo”, quienes bajan de sus barcaza de piedra sobre un mar de magma ardiente y comienza la batalla contra los hombres topo protegidos con armadura de metal brillante. ¿Parece alucinante, no creen?
Tal vez no llegare a ser Bradbury o Márquez ni mucho menos Edgar Alan Poe, tal vez mi círculo de lectores se limite a mis amigos y conocidos. Pero la satisfacción que da escribir algún texto que lleva días, semanas o meses cocinándose en tu mente; que lo imprimes o publicas y que lo tienes en tus manos, que lo lees y que sabes que salió de tu cabeza es indescriptible, es libertad…
"La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia."
Richard North Patterson
“Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana”
Graham Greene
Graham Greene